Orlando Zabaleta.
Impávido, Maduro dejó pasar todo el 2015, con sus elecciones
y su Navidad, el Año Nuevo y el Carnaval. Y solo en la Cuaresma, período de cristiana
penitencia, empezó a “tomar medidas” para enfrentar la crisis económica que no
nos da tregua a los venezolanos. Ya lo sabíamos: Miraflores perdió la noción de
la urgencia.
Se esperaría que el descomunal retardo se compensara con decisiones
fuertes, coherentes, precisas. Que la radicalidad no está en el palabrerío,
sino en ir a la raíz de las cosas (Marx dixit). Pero las medidas anunciadas son
aisladas, confusas y de corto alcance.
El aumento de la gasolina, que tiene una demora de lustros,
se presentó con timidez de novia primeriza. La gasolina de 91 (hacia la cual
migrará el 90% de los consumidores) fue aumentada a un bolívar. Un bolívar.
Asombroso. Ese precio ni cubre el costo de producción, ya lo confesó
Aristóbulo. La gasolina, pues, sigue subsidiada. No soy tan desmemoriado como para
darle crédito a los vaticinios de economistas opositores que tienen record de
predicciones fallidas. Pero todos sabemos que la inflación de 2016 superará con
creces el 100%. O sea, al terminar este año la gasolina costará menos de 50
céntimos actuales. Que siga el velorio, pues.
No sé cuánto es exactamente el costo de la gasolina de 91
octanos (eso debió haberlo informado al pueblo el presidente en su alocución,
pero parece que no tuvo tiempo). En mi ignorancia supongo que un precio de 2,50
o 3,00 Bs. hubiese cubierto los costos y dejado un margen cercano a un bolívar.
Así al menos los contrabandistas de combustible le pagarían alguito a PDVSA por
producirles la gasolina, y las mafias colombianas obtendrían sus ganancias de
la diferencia internacional de precios y no de un subsidio del Estado
venezolano.
Y la otra medida anunciada, la de elevar el dólar
preferencial a 10 Bs. también es de cortísima vida. ¿Supo el gobierno que el
dólar a 6,30 no nos protegió de la inflación? ¿Qué la mayoría compramos más de
la mitad de los productos “regulados” a precios por la libre? Que poco nos
sirve conseguir dos paquetes de harina pan a 20 Bs. y una bolsa de detergente,
mientras pagamos lo demás, lo que necesitamos pero no conseguimos, a dólar
libre. El padre de todos los desequilibrios es el desequilibrio cambiario, es
el que alimenta a los demás. Sin un plan para enfrentarlo no es posible
enfrentar la crisis. Ni siquiera es posible gobernar la economía.
El gobierno avanza de a pasito. Ya habla, es verdad, de
“emergencia económica” y no repite tanto la necedad de la “guerra económica”,
pero la velocidad de respuesta debe ser mayor que la velocidad de la crisis.
Fue ahora cuando descubrió lo que cualquier hijo de vecino sabía hace años: que
los Bicentenarios se habían podrido.
La crisis avanza como crisis global. Y la crisis
desatendida, ya se vio el 6D, fortalece a la Derecha. Una derecha esencialmente
neoliberal e incoherente, con definidas tendencias fascistoides. Si pudiera nos
dejaría hasta sin bolívar, porque dolarizaría la economía, pondría los precios
por la libre, y saldría corriendo a pedir dólares al FMI a cambio de entregar nuestros
recursos a las transnacionales y de echar todo el peso de la crisis sobre los
sectores más pobres. La vieja historia, pues.
La política del gobierno, reitero, fortalece a la derecha.
Contrabandistas de gasolina respiraron tranquilos cuando constataron que aún
tenían negocio. Raspacupos esperan que su profesión aún pueda ejercerse. La
Oposición confía en que la escasez de comida, medicinas, repuestos, sigan
trabajando por su causa.
La responsabilidad por el resultado de esta crisis está en
primer lugar en la actual dirección del chavismo. Y en menor grado en los chavistas
que consideran un asunto de “lealtad” hacerle coro a los desaciertos del
gobierno, en lugar de comportarse como revolucionarios y exigirle que tome el
toro por los cachos. Que hable claro, que presente un plan serio, que
desarticule la corrupción, la ineficiencia y la antidemocracia del Estado burocrático.
En fin, que llame al pueblo a una batalla real contra el
rentismo capitalista, a una batalla por Venezuela. Verán que ante ese llamado el pueblo no se
hará el sordo.
Domigo 28/02/2016. Lectura Tangente, Notitarde
No hay comentarios.:
Publicar un comentario