sábado, 27 de mayo de 2017

Cacería de brujas

Orlando Zabaleta.


No soy de los que se hacen cruces contra la “polarización” en general, y menos con el discursito de que antes éramos hermanos y ahora peleamos mucho. Socialmente hemos estado divididos desde la colonia, pero siempre se han gastado toneladas de saliva, papel y tinta, y años acumulados de radio y televisión, para que los pobres no se dieran cuenta de que estaban relegados. Y si alguien hacía notar la escisión lo llaman “resentido”; así como el Ku Klux Klan consideraba resentido al ex esclavo que no amaba a su antiguo amo ni a su capataz azotador. Esa es la polarización social. Innata en el sistema. Más inevitable que la muerte y los impuestos.
Ah, pero la polarización política es otra cosa cuando solo expresa lo social parcialmente y se contamina con intereses de grupos dirigentes y de sectores con influencia. Es una polarización emponzoñada. Sobre todo cuando apela al miedo y no a las razones. Cuando echa a un lado las ideas y los entes polarizados (militantes o televidentes) solo tienen un criterio de valoración para cualquier hecho, argumento o persona: si está de un lado o del otro. O sea, cuando los polarizados donan su cerebro a la “causa”; es decir, dejan de pensar.
Aclaro: no soy de los confundidos que exigen (y peor aún: creen practicar) la “imparcialidad” y la “desideologización”. La “supresión” de las ideologías es una de las ideologías más primitivas que se pueda concebir. El que no asume su “ideología” lo hace por ignorancia: desconoce de cuáles pensadores y de cuáles ideas es fiel esclavo.
Cuando el ultrapolarizado entrega su autonomía mental, los jefes pueden hacer todas las cabriolas imaginables, sostener una posición hoy y mañana la contraria, sin verse obligados a dar explicaciones. Por ejemplo: llamarse democrático y propiciar un golpe de estado, o propagar la salvación del planeta y entregar territorios inmensos a una codiciosa transnacional minera.
El ambiente social se enturbia. Es pura niebla. Se escucha cualquier barbaridad. Y, claro, se hace cualquier barbaridad. No es tiempo de distinciones, y todos los gatos son pardos.
Los jefes opositores, por pura viveza, denuncian a la “dictadura”. No confío en la capacidad intelectual de los que repiten eso de la “dictadura”; y el argumento me parece inmoral precisamente porque he tenido y tengo amigos y conocidos que sí han sufrido en carne propia los rigores de las dictaduras. Y porque sospecho que los que tan cómodamente denuncian a la “dictadura” a los cuatro vientos no serían capaces de enfrentar a la SN, ni a Pinochet ni a Videla.
Uno de los efectos más viles de la polarización política es la caza de brujas. Desde la bajeza de agredir al contrario en su casa, en restaurantes o aeropuertos, hasta la agresión física de cobardes turbas con ánimo de exterminio. Como no confundo una voz engolada con capacidad mental no me asombró la incitación genocida de locutores que fungen de analistas políticos.
Y del otro lado, desde una supuesta postura de “izquierda”, han arrancado su propia cacería de brujas contra la Fiscal de la República. Basta con llamarla “traidora”. Puros adjetivos, que lo sustantivo no se toca.
Permítanme tratar de lo sustantivo. Hay que colocarse en una postura “civilizatoria”. Es necesario respetar y defender el debido proceso. Digo, para que no seamos bárbaros. Que no se puede luchar contra la barbarie con otra barbarie. Hay mil ejemplos históricos. El más cercano es la OLP que se dedicó a violar los derechos humanos más elementales y solo logró aumentar los índices de criminalidad y violencia, ahora acompañados de los abusos más espeluznantes. Es popular en muchos sectores de clase media eso de acabar con el hampa asesinando: es parte de nuestro atraso.
El argumento reaccionario de que el respeto al debido proceso aumenta la impunidad debería dar vergüenza. Siempre hemos dicho, los civilizados, que necesitamos mejores policías, mejores fiscales y mejores jueces, para luchar contra la impunidad, que hagan bien su trabajo. No que hagan trampas y cometan delitos para enfrentar los delitos. Son conocidas las deficiencias que hemos tenido en esos aspectos. ¿Y ahora resulta que la impunidad se debe al debido proceso? ¡Por Dios!
Claro que la Oposición, irresponsable, no se deslinda de los malandros que atacan CDI, Oficinas públicas, y que saquean a diestra y siniestra. Que asquea que esos delincuentes sean tratados como “luchadores por la libertad”. Y que deben ser castigados. Pero castigados según el ordenamiento legal. Porque la actuación de los encargados de resguardar el orden público debe ser conforme a las leyes. Y sus abusos también deben ser castigados.
La Fiscal no está de acuerdo con la Constituyente. Y tiene derecho a tener su opinión. Diría que estamos ante el simplismo histórico de una “izquierda” que vive en bipolaridad: Si no estás con la Constituyente eres traidor. Pero eso sólo una arista del problema. Porque hay muchísimo más de postura de derecha en esa dicotomía. Aquí hay personeros a quienes uno escucha hablar diez minutos y queda clarito que son de derecha, pero como están con la Constituyente, y han apoyado al gobierno en todos y cada uno de sus posturas y virajes, hay que creer que son de izquierda. Así estén orgullosos de honrar a los financistas capitalistas pagándoles más de 60 mil millones de dólares mientras los pobres sufren la crisis a diario. Así confundan subsidio con socialismo. Y que conste que del lado del “chavismo crítico” también hay bastante gente de derecha. ¿Es que no pueden distinguir los discursos? No, tristemente, no pueden.
Aunque nos haga mucha falta, no tenemos cultura de las instituciones. Es un fenómeno viejo. Recuerden a los ricos banqueros que quebraron sus bancos, y a los gerentes de empresas públicas que lejos de producir vivían, y viven, del erario nacional. Nadie considera importante la institución a la cual representa, ni se cuida de cumplir sus objetivos. Y piensa que la Fiscal no tiene derecho de defender y ejecutar las funciones de la Fiscalía. Después se asombran del descrédito de las instituciones, ese peligroso descrédito que pone en peligro a la república.
La campaña contra la Fiscal, nadie puede dudarlo, está orquestada. Y cada quien quiere tocar su instrumento como puede, lanzar sus desafinadas notas.
Lo único que se me ocurre pensar de la Fiscal, a quien no conozco, es que es valiente. Y dejo estas palabras en señal de que no formo parte de crucifixiones.


PD: A los amigos, cuya buena fe no pongo en duda, que me llaman para ver si mis posiciones son revolucionarias, y me repiten el manojo de consignas oficiales, les reitero que precisamente porque soy de izquierda respondo así. Y que he sido muy paciente en responderles, les he argumentado. Y argumentarle a alguien es mi forma de demostrar respeto por su capacidad de raciocinio, es apostar a su razón.

Sábado, 27/05/2017.  Aporrea.

domingo, 8 de enero de 2017

Convertir el error en virtud

Orlando Zabaleta.



En noviembre nuestro sistema de pagos era malo. Si uno pretendía comprar un kilito de queso más un cartón de huevos y tomarse un café en el camino, debía salir a la calle con un grueso fajo de 150 billetes al menos (si eran billetes de 100). La red de pagos electrónicos tendía a saturarse ante esa situación, y era propensa a fallas.
Pasamos todo el año rezándole al santo patrono del sistema monetario (debe haber uno) para que iluminara a Merentes y el Banco Central emitiera al fin un billete o una moneda de mayor valor que 100 Bs.
El sistema de pagos, pues, era malo. Entonces vino la operación de retirar en 72 horas, cierre de fronteras incluido, los billetes de 100 y lo puso peor.
La extracción del billete de 100 llevaba dos años (según Maduro). O sea: hubo tiempo para diagnosticar y planificar la respuesta. Cuesta entender esa cadena de marchas, contramarchas e improvisaciones que hemos sufrido.

El valor nominal

Una de las razones de la extracción del billete de 100 es que su valor facial, el valor impreso asignado por el BCV, es menor que el que el que tiene el billete como objeto, el papel moneda puede ser reutilizado. Da más provecho el billete como materia prima que como medio de pago.
La solución era sencillísima: sustituir el billete (cuya fabricación es cara y se paga en dólares) por una moneda metálica. Durante el 2016 el BCV se empeñó en enfrentar la extracción y escasez de billetes de 100 emitiendo grandes cantidades de billetes caros, por eso no se ve un billete de 100 viejo o usado desde hace años.
Y no hacía falta ser un gurú o un astrólogo para ver lo que la inflación le había hecho al pobre billetico de 100 a finales de 2015.

El momento y las condiciones de la batalla

Un buen general escoge el terreno y el momento para presentar batalla. Busca las condiciones más favorables. Pero Maduro escogió para la operación sorpresa precisamente a diciembre. Mes vital para la economía y la gente y cuando más falta hacen los billetes.
Se arrancó la ofensiva sin tener municiones a la mano (es decir, los billetes de 500 o las monedas de 100), se envió a los soldados al combate con la promesa de que pronto llegarían las municiones. No se debió intentar recoger los billetes de 100 en 72 horas sin tener disponible (al menos en puerto o aeropuerto nacional) las nuevas monedas o billetes para sustituirlos.

Contramarchas con información confusa

Se arrancó ponderando el “éxito” de la operación. ¿Con qué criterio? Porque el asunto no es sacar de circulación el billete, el asunto es hacerlo sin afectar a la economía y a la gente. Hasta se recortó el plazo de los “cambios” en el BCV. No se aclaró que la sucursal del BCV en el Zulia no estaba incluida en la operación hasta que los disturbios aparecieron; se dejó entrever que la Casa de la Moneda acuñaría las nuevas monedas, que solo le llegaron a Maduro. Ni un miserable cronograma. Dos prórrogas de vida para el billete de 100.

Como un secuestro

Mafias nacionales y extranjeras están detrás de la extracción del billete. Y hay que golpearlas, golpearlas de verdad. Pero la actuación del gobierno recuerda a esos secuestros que la policía enfrenta a punta de tiros sin preocuparse por la vida de los secuestrados: las víctimas mueren en un fuego cruzado. Bien bueno que se golpee a esas mafias, pero háganlo sin matar a las víctimas.
La operación se ha pagado en pérdidas económicas. ¿Cuánto afectará el descrecimiento? ¿Punto y medio adicional de baja del PIB? No es una mera cifra: significa que todos somos más pobres. Se ha pagado en parálisis económica e inestabilidad política y hasta en pérdidas de vidas humanas. Y cuando Maduro insiste en mantener guardados las nuevas monedas y billetes alarma.
Maduro contaba con menos de 20% de apoyo. Luego de esta operación, creo que el apoyo se habrá acercado al 10%.

Grave: convertir el error en virtud

El gobierno se debilitó. No se puede tapar un sol de torpezas con un dedo de propaganda. Los que creen que Maduro se la comió no deben llegar a un 7% del país. Ya es grave el debilitamiento popular del gobierno, pero es más grave que un chavismo acrítico se aleje voluntariamente del pueblo con visiones sedantes. ¿Quién estará apuntalando el juego a la derecha? ¿Los que critican o los que aplauden inocultables desaciertos para que se repitan?

Domingo 08/01/2017. Notitarde. Lectura Tangente