Orlando Zabaleta
En el 2002 fui a las puertas de los cuarteles a lanzarles
pantaletas y gallinas a los militares, para que se pronunciaran contra un
gobierno surgido de elecciones…, para que tuvieran los guáramos necesarios;
pero, no se confundan, soy demócrata.
Luego marché y marché para que una docena de generales, un
representante de un grupo mediático, otro de una trasnacional, y un cardenal, decidieran
una madrugada en el cuartico de un cuartel que el presidente de Fedecámaras
fuera el presidente de la República…; pero, todos lo saben, soy demócrata.
Apoyé con frenesí que el presidente que escogieron Fedecámaras,
los dueños de los Medios y la junta de generales, disolviera a la Asamblea
Nacional, electa por todos los venezolanos, y también a los otros Poderes
Públicos, que eliminara lo que quisiera de la Constitución que había sido
aprobada por el pueblo venezolano…; pero, insisto, soy demócrata.
Respaldé a una partida de generales que tomaron una plaza
pública y la declararon “territorio liberado”, y allí estuvieron durante meses,
eran mis héroes, y mis vecinos les enviaban a sus hijas a retratarse con ellos;
pero, reitero, soy demócrata.
Defendí con pasión que unas docenas de gerentes tecnócratas
boicotearan y cerraran la empresa más grande y vital de la nación, que
pusieran, cual bomba de corsarios, unos barcos gigantescos repletos de
toneladas de gasolina al pie del puente sobre el lago de Maracaibo, y que los
empresarios cerraran sus empresas, poniendo a todo el mundo a pasar trabajo y
hambre y al país a perder un realero inmenso, para que así se doblegaran los
millones de venezolanos que no querían hacer lo que yo y mis amigos queremos
que se haga…; pero, ¿quién lo duda?, soy demócrata.
Sin consulta previa cerré mi urbanización y las vías
públicas para que ni los vecinos ni los visitantes pudieran entran o salir,
quemé los árboles de las plazas, y obligué a cerrar hasta al panadero de la
esquina,… pero, lo aclaro, soy demócrata.
Cuando los millones de venezolanos no me dieron la razón, aún
no entiendo el porqué, y perdí el Referéndum, y a pesar de que todas las
encuestadoras, incluyendo las mías y las extranjeras, me venían advirtiendo que
perdería, para no quedar mal, muy responsablemente canté fraude, porque quién
quita si se armaba una guerra civil, o al menos unos cuantos muerticos me
ayudaban,… pero, óigase bien, soy demócrata.
Apoyé el golpe en Honduras, y el de Paraguay, a fin de
cuentas militares y senadores tienen el derecho de corregir al pueblo
equivocado…, pero, todos lo saben, soy demócrata.
Cada vez que pierdo una elección, aunque me lo hayan avisado
con total claridad las encuestadoras amigas, igual me sorprende mucho, hago mi
propia encuesta entre mis allegados, y no me cuadra, entonces salgo a “drenar”
mi arre…, o a buscar una “salida”, así haya decenas de muertos; pero, evitemos
malos entendidos, soy demócrata.
Avalé con entusiasmo la última guarimba, la colocación de
alambres de púas a la altura del cuello de los motociclistas, la destrucción de
bibliotecas, donde están esos libros que tanto daño hacen a nuestra juventud, y
la quema de autobuses, de CDI y de árboles sospechosos de oficialismo; pero mi
posición es clara: soy demócrata.
Y continúo en lo mismo, trece años después, sigo sin calarme
que la mayoría decida tan mal, tan distinto a lo que yo, mi familia y mis
amigos creemos; si pierdo, me preparo para cantar otra vez fraude (en los
sitios donde perdamos, por supuesto), aunque hagamos nuestras primarias con las
máquinas de CNE…, pero no admito ninguna duda: soy demócrata.
A falta de votos aquí, contamos con los votos del gobierno
norteamericano, nuestro Gran Amigo del Norte, muy reconocido por las eficaces lecciones
de democracia que ha dictado en Afganistán, Irak, Libia. No tengo ninguna duda
de que arrasaríamos en una votación en Miami, además los descendientes del
franquismo, el uribismo y hasta los hijos de los paramilitares salvadoreños,
vienen a cada rato a darnos su solidaridad. Pero, todos lo reconocen: soy
demócrata.
Por eso, para que quede claro, siempre le coloco la palabra
“democrático” a cuanta organización invento: Coordinadora Democrática, Mesa de
la Unidad Democrática, Jóvenes demócratas. Y doy declaraciones reiterando:
“Nosotros, los demócratas”. No vayan a pensar que es por aquello de que “dime
de qué presumes y te diré de qué careces”.
Insisto: soy demócrata. Eso es innegable, irrebatible. Es
más: es AXIOMÁTICO: Soy demócrata.
Domingo 22/03/2015. Lectura Tangente, Notitarde
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